Fotografía del s. XIX donde se ve la plaza de toros que la familia Sabater construyó tras comprar el convento de San Francisco. En este proyecto se respetó la iglesia y el claustro. La capilla mayor del templo se puede observar al fondo con una pequeña espadaña decorada con bolas de vidrio. La plaza era de estilo neomudéjar con decoración de grandes rombos que debió tener un efecto cromático muy interesante. La parte baja de las gradas servía al mismo tiempo para puestos de venta de la plaza de abastos.
Fotografía y comentarios Jesús Ángel Palomino León
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